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Scrum o Kanban: qué metodología elegir para la gestión de proyectos de IT

Antes de comenzar un nuevo proyecto, necesitas definir qué metodología utilizarás para manejarlo de la mejor manera posible. 

Si trabajas con Agile, seguramente conozcas las dos más famosas metodologías: Scrum y Kanban. En esta oportunidad, te cuento cuáles son sus características y funcionalidades para que tomes tu propia decisión a la hora de quedarte con una.

Scrum or Kanban

Scrum:

  • Cuenta con un árbol de iteraciones (sprints) con fechas de inicio y de finalización (en promedio, cada sprint suele ser de 15 días, pero no es algo realmente estricto). Por ende, un proyecto, para llevarse a cabo, necesitará de “N” iteraciones. Cada proyecto se estructura en tantas iteraciones como sean necesarias para ir cumpliendo con las funcionalidades necesarias (product backlogs).
  • Cada iteración se planifica de antemano (según la capacidad de tu equipo y el esfuerzo requerido en cada tarea o sprint backlog por realizar) y utiliza luego un tablero Kanban para registrar el avance en la ejecución de las actividades diagramadas dentro del sprint. 
  • Si bien existe flexibilidad dentro de todo el ciclo de desarrollo, cada iteración en particular no debería modificarse, casi por ningún motivo. Asimismo, el equipo del proyecto tampoco debería variar, ya que de su capacidad depende la diagramación que hay que realizar.
  • Es eficiente para proyectos en desarrollo en entornos cambiantes o con requerimientos no totalmente definidos.
  • Existen muchas otras particularidades (artefactos) sobre Scrum que suelen utilizarse para lograr una mejora contínua (daily meetings, retrospective, etc.), pero no vienen al caso para este análisis.

Kanban:

  • Tiene un tablero con columnas o grupos que representan diferentes estadíos de una tarea. La cantidad de columnas del tablero depende del flujo de trabajo en sí, el cual puede variar de proyecto en proyecto.
  • No utiliza etapas prefijadas para el trabajo que hay que realizar, sino que funciona como un ciclo continuo de desarrollo en el que las tareas pasan de una columna a la otra (de un estado a otro) hasta completar el ciclo.
  • Es ideal para el mantenimiento de un proyecto, ya que pueden surgir nuevos issues (bugs o tareas) en cualquier momento, los cuales podrán sumarse al tablero sin problemas. Entonces, una tarjeta ingresa a la lista de tareas por realizar con cierta prioridad, pasa por el flujo a través de los diferentes estadíos y sale del tablero terminada.

En resumen, ambas metodologías resultan bien útiles para el manejo de proyectos ágiles de TI en entornos cambiantes, no así las metodologías estructuradas. Tanto una como la otra apuntan a generar la mayor cantidad de deliveries posibles. Solo necesitas definir las necesidades de tu proyecto para saber a ciencia cierta cuál de ellas es la más conveniente para tu trabajo. 

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